El glaucoma es una de las principales causas de ceguera para las personas mayores de 60 años en todo el mundo.
El glaucoma consiste en una pérdida de visión como consecuencia de un daño en el nervio óptico irreversible provocado generalmente por un aumento de la presión intraocular.
Las exploraciones para detectar el glaucoma incluyen la medición de la tensión intraocular (tonometría), la exploración del nervio óptico y las pruebas de diagnóstico por imágenes verificando las posibles zonas de pérdida visual.
El tratamiento del glaucoma va dirigido a preservar la función visual, por lo que se pueden evitar estas pérdidas visuales y controlar la tensión intraocular de una manera muy efectiva con diferentes tratamientos: mediante el uso de gotas, el tratamiento con láser, o la cirugía.
